«Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento» Viktor Frankl
La relación que establecemos con nuestro propio dolor emocional o físico es un condicionante de cómo viviremos el resto del proceso.
La psicología científica viene estudiando el modo en que el afrontamiento interno del malestar físico o emocional determina si un evento se convertirá o no en un proceso patológico.
La experiencia de vivir nos ofrece algunos datos concretos de lo que significa transitar la vida humana. Estos datos pueden ser opuestos para la mente que aprendió algunas reglas sobre lo que es la felicidad, llevándonos a desplegar infinidad de recursos para alcanzarla, y rechazar cualquier atisbo de malestar.
Los seres humanos, así como somos seres racionales, somos seres emocionales y esta condición nos provee de recursos maravillosos para la vida.
Los hallazgos han demostrado que la evitación vivencial de la experiencia interna –pensamientos, sensaciones, emociones, recuerdos-está sujeta a reglas internas sostenidas en un proceso de apego llamado fusión.
Es conveniente aclarar, que este proceso no es en sí mismo negativo, pero sí responsable de un modo inflexible de abordar problemáticas vitales.
Poder dar un paso atrás para observar las vivencias internas, aún con el malestar que evocan, ya que la evitación o lucha de las mismas suelen empeorar la situación.
Poder abordarlas como lo que son un fluir de vivencias internas y no como lo que dicen ser, verdades literales que reflejan la realidad.
Notar los esfuerzos desmesurados por controlar, eliminar o huir de los contenidos de la mente, es otro aspecto importante para transitar hacia el decir si a la experiencia.
Ya bastante malestar ha traído tu dolor, la ansiedad cómo además castigarte por tenerlos presentes.
Tal vez con curiosidad observar los fenómenos mentales, como un río en el que corre agua clara con hojas y ramas, cada hoja puede ser un pensamiento y las ramas una sensación o emoción.
Lo ves, de a poquito le vas diciendo sí, a lo que sucede, no confundas este proceso con estar de acuerdo o buscar que te agrade, no sucederá!
Las conductas impulsivas, la dificultad para actuar de forma eficaz, el enredo con el contenido de la mente y la evitación insistente conducen a priorizar la evitación del malestar por sobre acciones conectadas a los valores personales.
Decir Sí a la experiencia interna abre un camino más amplio de reglas orientadas por una vida valiosa, mejorando la calidad de vida.