YOGA


El YOGA es una práctica milenaria, la etimología de la palabra proviene de «Yuj» es la raíz sánscrita que significa «unir», «juntar» o «atar».

Es la misma raíz que origina la palabra «yugo», un dispositivo para unir dos animales, como bueyes, para que trabajen juntos. Y respecto a la práctica refiere a la unión cuerpo, mente y espíritu; unión entre el individuo y el mundo.

El Yoga según Patañjali incorporar yoga en sus ocho pasos (Ashtanga Yoga de los Yoga Sutras) es el camino para la liberación.

Según la recopilacion de escritos atribuidos al mismo Patañjali, aunque hay versiones que atribuyen la sabiduria de las enseñanzas a un conjunto de yoguis, el objetivo del yoga es calmar y controlar las fluctuaciones de la mente para alcanzar un estado de quietud y claridad.

Estas «fluctuaciones» se refieren a los pensamientos, emociones y distracciones que afectan la mente, lo que impide experimentar el verdadero estado de ser.

AHIMSA

Indra Devi explica que «El yoga es una forma de vida; es un arte, una ciencia, una filosofía. No es solo ejercicio.»

T.K.V. Desikachar, hijo de T. Krishnamacharya, siguiendo la enseñanza de su padre, expresó que la esencia en el siguiente lema «El yoga debe adaptarse al individuo, no el individuo al yoga.»

B.K.S. Iyengar, el maestro indio de Yoga la define como una disciplina que busca la integración total del cuerpo, la mente y el espíritu.

En los Yoga Sutras, Patañjali también describe el camino del yoga a través de los ocho pasos (Ashtanga Yoga), que son:

  1. Yama (Inclinaciones éticas): Normas éticas para la interacción con los demás, como la no violencia (ahimsa), veracidad (satya), astehya (no robar), Brahmacharya (Moderación o continencia), Aparigraha (desapego, no posesividad, no aferrarse a lo material).
  2. Niyama ( Inclinaciones personales): Prácticas de autocuidado y disciplina, como la pureza (saucha), el contentamiento (santosha), Tapas (Disciplina o esfuerzo ardiente), Svadhyaya (Estudio de sí mismo y textos de enseñanza), Ishvara Pranidhana (Entrega a lo divino).
  3. Asana (Formas físicas): La práctica de las posturas físicas, que preparan el cuerpo para la meditación.
  4. Pranayama (Control de la respiración): La regulación de la respiración para influir en la energía vital.
  5. Pratyahara (Retiro de los sentidos): El control y la retracción de los sentidos para enfocar la mente hacia el interior.
  6. Dharana (Concentración): El cultivo de la concentración sostenida en un solo punto o objeto.
  7. Dhyana (Meditación): La práctica de la meditación, un estado continuo de concentración profunda.
  8. Samadhi (Absorción o Iluminación): El estado final de unión con lo divino, donde el meditador y el objeto de meditación se fusionan en uno solo.

Esta práctica milenaria, tiene el beneficio de haber sido objeto de numerosas investigaciones científicas que han demostrado consistentemente sus beneficios tanto para la salud mental como física. De hecho, estos beneficios son inseparables y se complementan entre sí.

  • Numerosos estudios demostraron que la práctica de Yoga reduce significativamente los niveles de estrés y ansiedad. Aumentando estados autónomos de relajación, esto es posible cuando el cerebro percibe señales de seguridad en el entorno. Asimismo disminuye la actividad del la vía simpática del sistema nervioso autónomo, asociada a la activación del sistema de estrés, luego de percibir peligro.
  • Además, el yoga se ha asociado con mejoras en el estado de ánimo y la depresión. Investigaciones han demostrado que la práctica regular de yoga puede aumentar la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están vinculados a la regulación del estado de ánimo y la sensación de bienestar.
  • Otro beneficio importante es la promoción de la resiliencia psicológica y la capacidad de afrontamiento. Al enseñar habilidades de afrontamiento efectivas y fomentar una actitud de aceptación y adaptación ante los desafíos de la vida, el yoga ayuda a las personas a desarrollar una mayor capacidad para manejar el estrés y las dificultades de manera saludable.
  • Además, el yoga puede mejorar la calidad del sueño y reducir los problemas de insomnio al promover la relajación y calmar la mente antes de acostarse.
  • Otro componente central en el bienestar mental y físico es que el Yoga enfatiza en la conciencia del momento presente y la atención plena, lo que puede mejorar la concentración y la capacidad de atención.

Al integrar el yoga con la Psicología Conductual Contextual, se establecen puntos de conexión y consistencia entre ambas disciplinas.

Tanto el yoga como la Terapia basada en Procesos enfatizan en profundizar la atención plena, la aceptación, la no identificación con un Yo conceptualizado, la conexión con los valores personales y la flexibilidad psicológica.

Estos sólidos fundamentos me motivan a incorporar la integración del yoga y la autocompasión en un formato de clases grupales abiertas y circulares ofrece a los y las participantes la oportunidad de cultivar una mayor armonía, desarrollar una relación más amable consigo mismos y consigo mismas y con los demás, y fortalecer su bienestar emocional y psicológico. Yoga y ACT están respaldados por la evidencia científica, una aplicación conjunta puede ser una herramienta poderosa para promover el bienestar físico y mental.



Avances de la Terapia Centrada en Procesos (TCP) y la Flexibilidad Biofisiológica

La evolución de las Ciencias Contextuales ha llevado a la Phd Louise Hayes y Phd Joseph Ciarrochi, ha se centra en el cambio psicológico desde una perspectiva de procesos dinámicos que incluyen no solo la mente, sino también el cuerpo. TCP fomenta la flexibilidad psicológica, es decir, la capacidad de adaptarse y responder de manera efectiva a los desafíos de la vida en alineación con los valores personales.

Un aspecto clave de este enfoque es la flexibilidad biofisiológica, que se refiere a la capacidad del sistema nervioso para regularse eficazmente en respuesta al estrés. Estudios recientes muestran que tanto el yoga como TCP pueden influir en los sistemas biofisiológicos, promoviendo una mayor capacidad de autorregulación a través del equilibrio entre el sistema nervioso simpático y parasimpático.

La flexibilidad biofisiológica, que implica la capacidad del cuerpo de moverse de manera adaptativa entre estados de activación y relajación, es fundamental para una vida resiliente. En este contexto, la práctica de yoga y la TCP se complementan al ayudar a las personas a desarrollar una mayor conciencia corporal y una capacidad más sólida para recuperar un estado de equilibrio tras experiencias de estrés.

Se ha demostrado que el yoga y las prácticas de atención plena pueden influir en la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC), que es un marcador de la flexibilidad biofisiológica. Una VFC saludable es indicativa de un sistema nervioso flexible y bien regulado, lo cual es crucial para la gestión del estrés y la adaptación efectiva a las demandas externas. Este concepto de flexibilidad biofisiológica está en línea con los principios de TCP, que abogan por un enfoque integrador entre cuerpo y mente, favoreciendo la adaptación ante las dificultades de la vida diaria y fomentando el bienestar general.

En el marco de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que es una parte central de TCP, tanto la atención plena como el compromiso con los valores juegan un papel en la transformación de patrones rígidos de comportamiento en formas más flexibles de vivir. Esto se refleja también en el yoga, que promueve una conciencia del cuerpo y la mente, facilitando la aceptación de las experiencias presentes sin juicio, lo que en última instancia apoya una mayor flexibilidad psicológica y biofisiológica.