YOGA


Por Romina Recchia

Muchas personas cuando se les pregunta si han realizado o realizan yoga, responden casi sin respirar «no es para mi», por supuesto estoy segura que el primer aspecto para comenzar una práctica orientada al bienestar debe estar motivada por la intención e interés con la misma, y no todas las personas nos sentimos a gusto, sin embargo estos mitos sobre el yoga alejan a muchas personas de una práctica que milenaria que la ciencia avala para el cuidado de la salud, no solo física, sino mental y el equilibrio emocional.

El YOGA es una práctica milenaria, la etimología de la palabra proviene de «Yuj» es la raíz sánscrita que significa «unir», «juntar» o «atar».

Es la misma raíz que origina la palabra «yugo», un dispositivo para unir dos animales, como bueyes, para que trabajen juntos, esta definición refleja el espíritu integral de la práctica, no sólo el individuo en su propio interior, mente-cuerpo, sino una búsqueda más profunda de bienestar en contexto, la conexión y unión con el mundo.

Podemos encontrar vez similitudes entre Yoga y Psicología, sobre todo conductual y basada en mindfulness y compasión, desarrollando habilidades para el autoconocimiento.

La psicología basada en valores, mindfulness, compasión y yoga comparten un fundamento común en el desarrollo de la conciencia y la regulación del sistema nervioso para promover flexibilidad psicológica y bienestar integral.

Del algún modo el Yoga entiende que la salud mental se verá afectada por las fluctuaciones de una mente inquieta fuente de bloqueo y confusiones, así como los comportamientos dispersos orientados a bienes materiales o findes de autogratificación que se distancian de motivaciones elevadas y profundas, alejadas de lo material, dando relevancia las practicas corporales que liberan energía bloqueada en un cuerpo quieto, lo que ayuda a regular el sistema nervioso para obtener mayor claridad mental.

La integración de mindfulness, compasión, yoga y la psicología ofrece un marco sólido para el autoconocimiento, la regulación emocional y la construcción de una vida orientada a valores. A través de la práctica consciente y la flexibilidad psicocorporal, se fortalece la capacidad de responder con mayor claridad y equilibrio a los desafíos de la vida.

El Yoga según Patañjali incorporar yoga en sus ocho pasos (Ashtanga Yoga de los Yoga Sutras) es el camino para la liberación.

Según la recopilación de escritos atribuidos al mismo Patañjali, aunque hay versiones que atribuyen la sabiduría de las enseñanzas a un conjunto de yoguis, el objetivo del yoga es calmar y controlar las fluctuaciones de la mente para alcanzar un estado de quietud y claridad, así actuar con conciencia y valores.

Estas «fluctuaciones» se refieren a los pensamientos, emociones y distracciones que afectan la mente, lo que impide experimentar el verdadero estado de ser.

En los Yoga Sutras, Patañjali también describe el camino del yoga a través de los ocho pasos, comportamientos (Ashtanga Yoga), que son:

  1. Yama (Inclinaciones éticas): Normas éticas para la interacción con los demás, como la no violencia (ahimsa), veracidad (satya), astehya (no robar), Brahmacharya (Moderación o continencia), Aparigraha (desapego, no posesividad, no aferrarse a lo material).
  2. Niyama ( Inclinaciones personales): Prácticas de autocuidado y disciplina, como la pureza (saucha), el contentamiento (santosha), Tapas (Disciplina o esfuerzo ardiente), Svadhyaya (Estudio de sí mismo y textos de enseñanza), Ishvara Pranidhana (Entrega a lo divino).
  3. Asana (Formas físicas): La práctica de las posturas físicas, que preparan el cuerpo para la meditación.
  4. Pranayama (Control de la respiración): La regulación de la respiración para influir en la energía vital.
  5. Pratyahara (Retiro de los sentidos): El control y la retracción de los sentidos para enfocar la mente hacia el interior.
  6. Dharana (Concentración): El cultivo de la concentración sostenida en un solo punto o objeto.
  7. Dhyana (Meditación): La práctica de la meditación, un estado continuo de concentración profunda.
  8. Samadhi (Absorción o Iluminación): El estado final de unión con lo divino, donde el meditador y el objeto de meditación se fusionan en uno solo.

Esta práctica milenaria, tiene el beneficio de haber sido objeto de numerosas investigaciones científicas que han demostrado consistentemente sus beneficios tanto para la salud mental como física. De hecho, estos beneficios son inseparables y se complementan entre sí.

  • Numerosos estudios demostraron que la práctica de Yoga reduce significativamente los niveles de estrés y ansiedad. Aumentando estados autónomos de relajación, esto es posible cuando el cerebro percibe señales de seguridad en el entorno. Asimismo disminuye la actividad del la vía simpática del sistema nervioso autónomo, asociada a la activación del sistema de estrés, luego de percibir peligro.
  • Además, el yoga se ha asociado con mejoras en el estado de ánimo y la depresión. Investigaciones han demostrado que la práctica regular de yoga puede aumentar la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están vinculados a la regulación del estado de ánimo y la sensación de bienestar.
  • Otro beneficio importante es la promoción de la resiliencia psicológica y la capacidad de afrontamiento. Al enseñar habilidades de afrontamiento efectivas y fomentar una actitud de aceptación y adaptación ante los desafíos de la vida, el yoga ayuda a las personas a desarrollar una mayor capacidad para manejar el estrés y las dificultades de manera saludable.
  • Además, el yoga puede mejorar la calidad del sueño y reducir los problemas de insomnio al promover la relajación y calmar la mente antes de acostarse.
  • Otro componente central en el bienestar mental y físico es que el Yoga enfatiza en la conciencia del momento presente y la atención plena, lo que puede mejorar la concentración y la capacidad de atención.

Al integrar el yoga con la Psicología Conductual Contextual, se establecen puntos de conexión y consistencia entre ambas disciplinas.

Tanto el yoga como la Terapia basada en Procesos enfatizan en profundizar la atención plena, la aceptación, la no identificación con un Yo conceptualizado, la conexión con los valores personales y la flexibilidad psicológica.

Estos sólidos fundamentos me motivan a incorporar la integración del yoga y la autocompasión en un formato de clases grupales abiertas y circulares ofrece a los y las participantes la oportunidad de cultivar una mayor armonía, desarrollar una relación más amable consigo mismos y consigo mismas y con los demás, y fortalecer su bienestar emocional y psicológico. Yoga y ACT están respaldados por la evidencia científica, una aplicación conjunta puede ser una herramienta poderosa para promover el bienestar físico y mental.