Las Emociones y sus Funciones

«La conciencia es como el sol, cuando brilla sobre las cosas, éstas se transforman.» Thich Nhat Hanh

por Romina Recchia

Las emociones desde la psicología evolutiva: una herramienta para la adaptación

Una y otra vez encuentro que la cultura nos está deformando la forma de comprender nuestra naturaleza humana, los conflictos intrinsecos a la existencia se ven agravados por el aluvión de mensajes erroneos sobre nuestra psicología, las relaciones, las emociones y el manejo de los conflictos y la salud mental.

De algún u otro modo escucho como se instala en las creencias de que tener determinadas experiencias emocionales, cognitivas o atravesar determinados problemas vinculares sin inmediata solución, son un error, ya sea propio, de la otra persona o de la relación.

E inmediatamente surgen una serie de recomendaciones en redes, revistas, personas cercanas que nos empujan a la autocrítica y la búsqueda de tomar cartas en el asunto para evitar lo antes posible la experiencia dolorosa.

Me parece muy importante recordar que somos seres biologicos, sintientes, sexuales, sociales, somos mamiferos que no tenemos todo bajo control, como no lo tiene un ciervo cuando se topa con un león, su depredador.

A mis pacientes les cuento e insisto en que es esencial que se conozcan y acepten nuestra naturaleza humana.

Las emociones son respuestas fisiológicas complejas que han evolucionado como mecanismos de supervivencia, permitiéndonos adaptarnos de manera eficiente a los desafíos del entorno. Desde una perspectiva evolutiva, las emociones han sido seleccionadas porque mejoran la capacidad de respuesta ante situaciones que afectan la supervivencia y la reproducción.

En muchos sentidos, las emociones funcionan como un sistema de alarma y motivación, actualizando constantemente nuestro estado interno y promoviendo conductas que facilitan la adaptación. Su propósito fundamental es influir en la toma de decisiones y en la interacción social, asegurando que respondamos de manera apropiada a los estímulos del ambiente.

El impacto fisiológico de las emociones

Cuando se activan, las emociones alteran la homeostasis del organismo, desencadenando respuestas fisiológicas, autonómicas y endocrinas. Esto implica la activación del sistema nervioso simpático o parasimpático, modulando la liberación de hormonas como el cortisol, la adrenalina y la oxitocina.

En términos temporales, la mayoría de las emociones duran minutos, variando en intensidad según la permanencia y significado del estímulo. Sin embargo, cuando una emoción se mantiene activa por periodos prolongados sin un desencadenante claro, se transforma en un estado de ánimo, lo que tiene implicaciones directas en la salud mental y el bienestar.

Las emociones como mecanismos de adaptación

Las emociones básicas (miedo, ira, tristeza, sorpresa, asco y alegría) son universales y han sido identificadas en todas las culturas humanas. Paul Ekman (1992) demostró que estas emociones están presentes en diferentes grupos humanos y que tienen una base biológica heredada. Su función principal es preparar al organismo para una respuesta rápida y efectiva:

  • Miedo → Facilita la respuesta de huida o parálisis ante amenazas.
  • Ira → Moviliza energía para defenderse o enfrentar un obstáculo.
  • Tristeza → Favorece la introspección y el apoyo social.
  • Sorpresa → Aumenta la atención y permite una rápida reevaluación del entorno.
  • Asco → Protege al organismo de sustancias o situaciones peligrosas.
  • Alegría → Refuerza comportamientos que promueven la conexión social y el bienestar.

A lo largo de la vida, la historia de aprendizaje individual moldea y condiciona nuestras reacciones emocionales. Esto significa que, aunque nacemos biológicamente preparados para experimentar estas emociones, nuestras experiencias en diferentes contextos sociales las modulan, dando lugar a una variedad de emociones secundarias o complejas (culpa, vergüenza, gratitud, orgullo, etc.).

Funciones clave de las emociones

Las emociones no solo guían nuestra conducta, sino que también cumplen funciones esenciales en la regulación social y cognitiva:

  1. Comunicación social → Permiten influir en la conducta de los demás y facilitan la interacción en grupo.
  2. Validación interna → Nos ayudan a interpretar nuestra realidad y a regular nuestras decisiones.
  3. Impacto cognitivo → Afectan la memoria, la atención y la toma de decisiones, modulando nuestro comportamiento según el contexto.

Emociones y afrontamiento del estrés

La regulación emocional es crucial para la adaptación al estrés. El cerebro, especialmente la amígdala y la corteza prefrontal, juega un papel fundamental en la evaluación y respuesta a los estímulos emocionales. Estrategias como la reestructuración cognitiva, la práctica de mindfulness y la exposición gradual a situaciones estresantes han demostrado ser eficaces para desarrollar mayor resiliencia emocional.

Desde la psicología evolutiva, se entiende que el estrés y las emociones negativas no son disfuncionales en sí mismas, sino mecanismos adaptativos que han permitido a los humanos responder eficazmente a un mundo impredecible. Sin embargo, cuando estos mecanismos se activan de manera crónica o desproporcionada, pueden contribuir al desarrollo de trastornos como la ansiedad y la depresión.ada persona son importantes.