«Contá nuevas historias sobre tu vida, notá lo que venís haciendo día a día. Ampliar la perspectiva ampliando el enfoque de tus relatos motiva a explorar nuevas respuestas ante la ansiedad. «
Nuestro sistema nervioso está en constante actividad y relación con el entorno, escaneando señales de seguridad y peligro, impulsa al organismo a la movilización – ante la amenaza impulsa a la lucha o huída del pelogro, desconexión -ante amenazas percibidas como inabordables, impulsa a la parálisis o congelamiento y colapso emocional- y compromiso social – ante señales de seguridad y cuidado, impulsa a la aproximación social, al descanso y relajación.
Cuando los niveles neurofisiológicos de la respuesta de ansiedad trasciende determinados límites basales tolerables con elevada frecuencia, intensidad y duración, será suficiente para moldear un patrón de evitación experiencial diario. Cuando la evitación de situaciones percibidas como peligrosas se convierte en la regla más que en la excepción, la ansiedad se convierte un problema vital que aleja a la persona de la posibilidad de vivir una vida plena, reduciendo la capacidad de afrontar niveles de ansiedad necesarios.
Estos desordenes implican que determinados procesos psicológicos se desarrollen de manera inflexible.
El proceso atencional es rígido, focalizado y fusionado en posibles amenazas y peligros. Así el organismo está en un continuo de paración para la catástrofe.
En el plano mental la persona, sin buscarlo, cando está frente a problemas vitales, desafíos o simplemente eventos cotidianos neutralos tiende a recrear escenarios futuros amenazantes y peligrosos evitando situaciones, personas o eventos privados (pensamientos, sensaciones corporales, emociones, recuerdos, imágenes, etcétera).
Predominando un estado de trance envuelto por el miedo, la desesperación y la evitación/huida de todo lo que evoca malestar.
Así la vida puede haberse vaciado de sentido y convertido en una lucha contra la ansiedad.
La preocupación constante por uno o múltiples temas es convertirse en la emisora principal de la radio mental.
Tal vez el cansancio y angustia pueden ser sensaciones tan familiares que el disfrute y el placer se convierten en experiencias extranjeras.
¿Abandonaste actividades valiosas de tu vida?
El estado de alerta constante puede llevarte a acciones poco funcionales que te alejan de la posibilidad de conectar con la experiencia de plenitud y bienestar.
¿Aquello que te ofrecía bienestar hoy parece lejano? ¿Tus intentos por sentirte mejor y librarte de la ansiedad se apoderaron de tus objetivos?
Parece que es necesario ordenar las prioridades, abrirte a la posibilidad de experimentar emociones intensas sin abandonar todo aquello que te regala bienestar, sentido, plenitud y que te identifica con la vida y persona que querés ser.
Se trata de dar algunos pasos como empezar a hacer las paces con la ansiedad para poder integrarla a tu vida.
Si en vez de querer eliminarla, evaluás como integrarla a esas actividades que tanto bienestar y sentido pueden ofrecerte?
Cuando dejas de luchar contra ella se pueden abrir maravillosas oportunidades, tiempo, energía y una nueva visión de la vida con ansiedad.
Es esperanzador explorar nueva formas de vincularte con tu mundo emocional.
Liberarte de tus propias ataduras (creencias, hábitos negativos, apego a la ansiedad) es posible, seguir insistiendo con las mismas estrategias no está siendo una gran opción.