«La educación es lo que sobrevive cuando todo lo aprendido se olvida» B.F. Skinner
Tiene mucho sentido para mí poder escribir sobre la educación y crianza, me mueven tantos años de ser testigo de cómo impactan las primeras experiencias infantiles en el desarrollo personal y cómo la consciencia y trabajo personal impactan en la crianza.
Creo que es una tarea imperfecta, nada fácil pero sobre todo de mucha responsabilidad, cada movimiento, cada expresión y cada palabra deja huellas de aprendizaje.
La crianza consciente involucra una visión realista de los vínculos humanos, una tarea dedicada. Es importante humanizarla y tomar una actitud amable en la tarea pero cuidadosa y atenta.
Por lo tanto, no se trata de castigarnos y culparnos por las equivocaciones, sino de revisarnos y pararnos con total consciencia y compromiso siendo la madre o padre que queremos ser.
Todas y todos fuimos pequeños, te invito a que vuelvas un poquito hacia atrás , rememorar tu sentir y tus necesidades desde la niñez.
Educar es un acto de amor o puede ser una gran sufrimiento, siempre podemos elegir cómo afrontarlo.
La crianza y educación, pilares para la construcción de una sociedad saludable. La educación se despliega en todo los campos de la vida humana.
Educar desde adentro, contiene algunas ideas centrales. Desde adentro significa desde lo profundo, desde los sentimientos, reconociendo que valores queremos transmitir, intereses, acciones que deseo desarrollar y ello requiere un compromiso con ampliar la consciencia de nuestra propia experiencia sentida al momento de relacionarnos con un hijo o hija.
Las expectativas suelen ser una barrera cognitiva y emocional, en muchos casos. Dar curso a la diversidad, abre un campo de acción más flexible, porque mi hijo o hija no debería ser o sentir o hacer tal o cual cosa, tenemos que estar allí bien presentes para captar lo que sucede y hacerle espacio.
Los estereotipos no estarían del lado de la educación consciente.
Hay una variable central en el proceso de criar, y es nuestra propia historia, la construcción que hacemos y el sentido que le damos a nuestra propia niñez.
La ansiedad puede ser un problema o no serlo dependiendo de si es el soporte del comportamiento en la crianza.
Si una mente asustada está una y otra vez emitiendo mensajes de peligro, en el amplio abanico de situaciones sobre la que suele desplegarse los trastornos de ansiedad, y no hay registro de ello, loas probable es que esos mensajes, muchos no los podemos controlar y no hay nada de malo con eso, pero si esos pensamientos guían la acción, generan reacciones indeseables y eso si podemos controlarlo.
Entonces condicionara la posibilidad de una exploración libre de la experiencia y sus consecuencias en la crianza.
Personas que sufren ansiedad suelen temer mucho transmitir los miedos propios, pero cuando la ansiedad es parte del contexto y hay un trabajo terapéutico, solo es eso una parte más de ese todo. Podemos elegir que palabras expresar, que acciones llevar adelante y se acercan al repertorio conductual que queremos para nostras/os como madres o padres.
«La investigación en el campo del desarrollo ha demostrado que la seguridad de un niño en el apego a sus padres está muy fuertemente conectada con la comprensión parental de las propias experiencias de vida tempranas.» D. Siegel y M. Hartzell
La experiencia humana es única y estamos neurobiológicamente preparados para observar de otro ser humano su comportamiento, así aprender por proceso de imitación.
Las llamadas neuronas espejos permiten que podamos comunicar estados emocionales mediante la expresión corporal.
Así es como los niños y niñas conocen la experiencia emocional de otra persona observando el lenguaje gestual, corporal, postural.
Somos lo que hacemos, y esto nuestros hijos lo ven. La coherencia entre el lenguaje verbal y no verbal o entre actuar y verbalizar, es muy importante a la hora de transmitir valores.
La consciencia amplia en el plano interpersonal y el respeto profundo por la experiencia sentida de nuestro hijo o hija es un valor que si lo llevamos a la acción le proveerá mejores recursos que la invalidación emocional, las presiones, los esfuerzos para parecerse a un ideal, el criar para el éxito -dolorosa experiencia que apaga el desarrollo de un ser humano único e irrepetible.
Seguro nos ahorraremos bastantes dolores de cabeza si optamos por parar, respirar y corrernos o actuar según convenga.
Y, voy a hacer una salvedad, ya que hay mitos que circulan en el sentido común.
Hay ciertas asociaciones que si nos fusionamos no favorecerán que seamos madres y padres conscientes. Tiene que ver con el mundo de las emociones. Suponer que las niñas y los niños, si lloran, se enojan, sienten vergüenza o no aceptan las costumbres consensuadas por los adultos, entonces no están sanos.
Aprendemos desde la escuela que no esta bien llorar o es sinónimo de debilidad. Por lo tanto desde muy pequeños solemos avergonzarnos o evitar expresar emociones desagradables y buscar intensamente las emociones agradables.
Veamos el reflejo que ven las niños y niños: madres y padres que buscan desesperadamente la felicidad y la aprobación del afuera, que ocupan más tiempo en ver cómo acomodarse a las expectativas y mandamientos sociales, que sus propias expectativas.
El mundo anula e invalida emociones humanas normales desde la infancia.
La vida adulta distraída entre lo material, económico , prendidas a las pantallas, buscando status, sosteniendo vínculos problemáticos por miedo a no pertenecer o perderse de algo. Nos perdemos información importante de las necesidad de nuestra hija o hijo, y nuestra propia elección de que acciones desarrollar que se acerquen a la versión del padre o madre que queremos ser.
Algunos aspectos comportamentales para explorar la interacción:
- En situaciones difíciles : parar, observar, respirar profundo un par de veces y si es necesario corrernos.
- ¿Que madre o padre quiero ser? ¿Cómo se comportaría en un momento similar?
- Darnos tiempos para conversar sobre la crianza con la pareja parental. Charlar sobre expectativas y solicitar revisión de la propia conducta comunicando constructivamente, las críticas rígidas y excesivas traerán más problemas que soluciones
- Mirar a los ojos, expresar el amor, abrazar y pedir disculpas ante nuestro propio error (es un gran ejemplo mientras no sea un patrón rígido de respuesta activada por la culpa)
- Pasar tiempo junto a nuestros hijos e hijas sin reglas
- Preguntar y explicar, no suponer lo que es importante o no para el o ella.
- Conversar sobre alguna experiencia compartida, observar que recuerda nuestro hijo o hija sobre ese evento
- Al terminar el día, repasar cuales momentos fueron los que fueron agradables y cuales desagradables
Despertar la consciencia ilumina todo, hasta las sombras, los traumas infantiles y situaciones dolorosas nuestras pueden ser un apoyo para tomar consciencia de los valores que queremos ofrecerles a nuestros hijas e hijas y comprometernos en acciones que nos acerquen en esa dirección.
Una sociedad libre depende de una educación consciente y respetuosa.
Espero haya sido de ayuda, Romina!